Dentro de las claves del éxito en los resultados de una empresa a nivel de personal y Recursos Humanos, la comunicación efectiva es la columna vertebral de cualquier entorno profesional exitoso.
En un mundo empresarial dinámico y competitivo, la capacidad de transmitir ideas de manera clara y persuasiva es esencial para el progreso y la colaboración. Para ahondar en este tema, vamos a explorar algunas técnicas para trabajar la comunicación en el ámbito empresarial:
Técnicas de comunicación efectiva
- Practica la escucha activa
Escuchar activamente es una de las claves del entendimiento mutuo y uno de los elementos fundamentales para comprender las necesidades y perspectivas de los demás.
En un entorno empresarial, esta habilidad permite identificar problemas, encontrar soluciones y fortalecer las relaciones laborales. Para practicar la escucha activa, es crucial concentrarse en el hablante, hacer preguntas clarificadoras y demostrar interés genuino en la conversación.
- Comunica con claridad y concisión
Transmitir mensajes de forma efectiva es el siguiente paso tras la escucha. Sobre todo, en el mundo empresarial donde el tiempo es un recurso muy valioso. Para evitar malentendidos y maximizar la eficiencia, es esencial comunicarse de manera clara y concisa.
Algunas buenas prácticas son utilizar mensajes directos, eliminar jergas innecesarias y estructurar la información de manera lógica para facilitar la comprensión y evitar confusiones.
Como recomendación, conviene reforzar estos mensajes por escrito para dejar evidencias y que el receptor pueda recurrir a ellos por si hay algún elemento que se le haya pasado por alto.
- Abraza las tecnologías de comunicación
Vivimos en un mundo muy digitalizado en el que las herramientas para la comunicación son cruciales. En línea con lo comentado en el punto anterior, es imprescindible dominar el uso de estas herramientas como el correo electrónico, plataformas de mensajería instantánea como teams o registros de CRM a los que acceden varias personas.
El uso de estas tecnologías puede mejorar la velocidad y la accesibilidad de la comunicación, conectando a equipos distribuidos geográficamente y facilitando la colaboración.
La recomendación aquí es ser meticuloso en el uso del lenguaje y los signos ortográficos para no dar lugar a malentendidos. Además, cada vez es más popular la utilización de emoticonos para darle un poco más de calidez a un lenguaje escrito que en ocasiones puede ser malinterpretado.
- Adapta tu estilo
¿Cómo? Pues conociendo a la audiencia a la que te diriges. Igual que acabamos de comentar la posibilidad de incluir emoticonos, quizás para responder a un mensaje de tu jefe no siempre sea lo más adecuado.
Cada miembro de un equipo puede tener un estilo de comunicación preferido. Al adaptarse a estos estilos, se crea un ambiente más receptivo. Mientras algunas personas prefieren la comunicación escrita, ya sea por email o whatsapp, otras prefieren una llamada telefónica o verse cara a cara.
La adaptabilidad en el estilo de comunicación fortalece las relaciones laborales y evita malentendidos. Para llevarlo a cabo, es importante conocer con quién te vas a comunicar y en qué medio se encuentra más cómoda esta persona.
- Gestiona los conflictos
Este último punto se centra más en el qué que en el cómo. Cuando apuntamos a la temática a tratar, el objetivo prioritario es transformar los desafíos en oportunidades.
En un entorno empresarial, los conflictos son inevitables. La clave es abordarlos de manera constructiva, con comentarios específicos y orientados al desarrollo profesional y la mejora continua.
La comunicación abierta y honesta es esencial para resolver disputas. Fomentar un ambiente donde los empleados se sientan seguros al expresar preocupaciones y buscar soluciones colaborativas contribuye a un equipo más fuerte y cohesionado. Además, esta práctica promueve un ambiente de aprendizaje y contribuye al éxito a largo plazo de la organización.
A modo de resumen y como aprendizaje para la vida en general, la comunicación efectiva es un elemento vital; sobre todo en el ámbito laboral, donde tiene fuertes implicaciones en el rendimiento individual y colectivo.