«Digitalización», «Suscripción» y «Automoción» son tres palabras que, por separado, significan conceptos muy diferentes, poco o nada relacionados entre sí. Pero cuando se juntan, se presenta ante nosotros el futuro de la movilidad.
Quienes llevan años diciendo que los vehículos se están convirtiendo en dispositivos móviles con ruedas no pueden estar más en lo cierto. Los coches, cada vez más, son una extensión del smartphone. Y, por tanto, las funcionalidades y posibilidades se nutren de la misma tecnología.
Tesla, otra vez, fue una de las compañías pioneras en introducir mejoras al coche mediante software, para actualizar el coche desde casa sin tener que pasar por el taller. ¿Te suena eso de “ya está disponible la última actualización” en tu móvil o tu pc? Pues lo mismo.
La última novedad de la compañía de Elon Musk es la introducción de un modelo de suscripción para utilizar su famoso sistema de conducción autónoma. De esta manera, no pagas por tener esa funcionalidad o no tenerla, sino que pagas una mensualidad cuando quieras utilizarla. Y cuando no lo necesites, no pagas.
Otras compañías como Porsche y Volvo también han experimentado con modelos de suscripción, hasta el punto de que la compañía sueca ha convertido en un slogan la frase de su CEO “no compres nuestros coches, suscríbete”.
Ford es otra de las compañías que más está avanzado en la digitalización del coche con su nuevo sistema SYNC que permite configurar el coche a nuestro gusto desde un smartphone. Esta App pone a nuestra disposición más de 80 ajustes como el modo de conducción, temperatura interior, luces o asientos, pero también analiza nuestros trayectos para recomendarnos ahorros de tiempo y combustible.
Por supuesto, la integración con otros dispositivos y aplicaciones, y el control mediante voz son tecnologías que han venido para quedarse.
El futuro de la automoción está marcado: coches digitales conectados y modelos de pago mediante suscripción.