Sí, el coaching está de moda. Y el término es utilizado para denominar una gran variedad de servicios o actividades, en muchas ocasiones de manera un poco ‘libre’. Y lo que es mejor, encontramos en el mercado una gran variedad de cursos y certificaciones que nos convierten en “coach” en tiempo récord.
Mi objetivo no es denunciar el intrusismo laboral o cuestionar la calidad de esos cursos y certificaciones. Considero más útil dar a conocer el verdadero sentido de la actividad de coaching y qué otras modalidades de desarrollo profesional/personal quedan enmascaradas por el término COACHING.
Veamos unas cuantas definiciones:
Coaching
Como definición, podemos decir que se trata de una metodología que tiene por objetivo la facilitación de los procesos de desarrollo de las personas: en la evolución profesional, en los tránsitos de la carrera laboral, en el logro de objetivos, en la superación de obstáculos para el crecimiento personal y en la búsqueda de la mejora de los niveles de rendimiento.
Es un proceso sistemático de ‘entrenamiento’ que facilita el aprendizaje y promueve cambios de pensamiento, emocionales y comportamentales que amplían la capacidad de acción en función del logro de las metas propuestas.
De hecho, te recomiendo que releas ese artículo.
Mentoring
Un mentor, según la Real Academia Española, es un consejero, guía, maestro o padrino. Y en esta filosofía se basa el concepto de mentoring. La base fundamental está en el amplio conocimiento que tiene el mentor del entorno o actividad en el que una persona quiere desarrollarse. Y por ello, puede transmitir conocimientos valiosos, su Know-How.
Por su parte, el concepto mentoring empresarial ha recibido distintas definiciones. Nos vamos a quedar con la definición propuesta en el libro Coaching y mentoring: Cómo desarrollar el talento de alto nivel y conseguir mejores resultados:
“Ofrecimiento de consejos, información o guía que hace una persona que tiene experiencia y habilidades en beneficio del desarrollo personal y profesional de otra persona”
Capacitación o formación
La formación o la capacitación son un proceso educativo para el aprendizaje de conocimientos o para adquirir destrezas. En este sentido, ya incluimos el desarrollo de habilidades. Puede ser individual o grupal y los formatos pasan desde aquel en el que el ponente expone unidireccionalmente un contenido a un auditorio, a otros altamente participativos en los que se incluye la discusión, simulaciones o teatrillos, estudios de caso y otras formas de interacción que, desde mi punto de vista, son fundamentales para una experiencia de formación dinámica, lúdica y, en definitiva, más eficaz.
La formación en aula es el tipo de formación en la que pensamos más a menudo, pero no es el único tipo. También hay capacitación en el puesto de trabajo. Y, por supuesto, todo tipo de métodos de formación e-learning. La formación tiende a ser muy estructurada, debe tener bien definidos los objetivos de aprendizaje, y es a menudo relativamente corta en comparación con el coaching o el mentoring.
Por vocación académica y por deformación profesional me interesa todo aquello que favorece el desarrollo de las personas, en el sentido más amplio del concepto. Hablar de formación, desarrollo de habilidades, modelado, crecimiento personal o profesional, desarrollo de carreras, asesoramiento, acompañamiento, tutorización, incluso hablar ¡de terapia! es para mí apasionante.
Ojalá todos los formadores, facilitadores, instructores, profesores, coaches, mentores… mostraran la misma pasión. Alguien muy próximo a mí, alguien maduro profesionalmente, tuvo hace pocos meses una nefasta experiencia en un curso en el que participó, curso al que iba altamente motivado. El formador no actuó como un catalizador del aprendizaje, sino que generó frustración y estrés en esta persona.
¡Lástima! una ocasión perdida para sumar una experiencia positiva, de las enriquecedoras de verdad.