Linkedin es hoy por hoy la principal plataforma o red social entre profesionales que existe en el mundo. Está orientada al uso empresarial, a los negocios y al empleo, y tiene como objetivo poner en contacto a millones de empresas y profesionales.
Se utiliza como medio de intercomunicación a través de intercambio de mensajes privados, para reforzar nuestra marca personal, para publicar determinados contenidos, para compartir las actualizaciones de nuestras empresas, dar a conocer eventos, ofrecer empleos o cursos de formación y otras particulares típicas de las redes sociales.
De un tiempo a esta parte, se ha popularizado la figura del vendedor agresivo que se apoya en esta red social para “cazar” contactos y que, una vez cazados, aplica toda la agresividad y pesadez de que es capaz, que en algunos casos es infinita.
El modus operandi del mal comercial de Linkedin
El formato es simple. Busca a cualquier presa con cierto potencial y, una vez aceptado el contacto, empieza a enviar notas, ofertas, productos, proposiciones de reuniones, te pide el teléfono, el mail, todo lo que sea necesario, a toda velocidad, como si no hubiera un mañana, como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina.
Es un vendedor del peor estilo: no le interesa el cliente, no lo estudia, ni analiza el potencial, ni su actividad, ni sus necesidades … Entonces, ¿para qué? A mí me han llegado a ofrecer los mismos servicios que comercializa mi empresa. Ni siquiera se han leído mi perfil de Linkedin.
A los que nos dedicamos al noble arte del comercio o de la venta nos indignan estos individuos que, sin complejos, ni técnicas, ni estrategias, ni siquiera casi educación, se dedican a martillear con su producto, desde un segundo después de que hemos aceptado su invitación. Es como si viviesen agazapados a la espera de una presa, hasta que esta cae en sus redes.
No son peligrosos, sólo torpes. He utilizado varias técnicas para explicarles algo del mundo comercial. Incluso comentarles que no me interesan sus servicios y que, por favor, no me vuelvan a escribir. Pérdida de tiempo. La mejor fórmula para deshacerse de ellos es ignorarlos. Cuando no les respondes se acaban cansando de ti y se focalizan en la búsqueda de nuevas presas.
Me cuesta creerlo, pero imagino que alguno caerá en su estratagema, ya que son demasiado los comerciales que utilizan este tipo de técnicas y van en aumento. Desde luego, es casi un arquetipo perfecto de todo aquello que no debe hacerse en el mundo comercial.