¿Es el estrés nuestro más fiel e incómodo compañero cuando tenemos una gran carga de trabajo?, ¿Es un mal que debemos evitar?, ¿Podemos hacer que se convierta en nuestro aliado y nos sirva para tener una mayor capacidad de trabajo?
No es sencillo responder a estas preguntas en tan poco espacio. Pero trataremos de aportar una visión clara siguiendo a una experta, Sonia Lupien, “El mejor método de lidiar con el estrés, es conocerlo bien”.
El estrés son todas las respuestas que ponemos en marcha para actuar frente a un hipotético peligro o amenaza: sudamos para regular la temperatura, el corazón late más deprisa para llevar más oxígeno a todas las células y así reaccionar más rápidamente, las pupilas se dilatan para ver mejor, etc. Todo ello ante la previsión de una discusión con tu jefe, un altercado con un compañero o una exposición en público. Obviamente, los peligros de hoy en día no son los del mamut que viene a cazarnos, pero nuestro cuerpo reacciona de la misma forma.
El estrés no deja de ser algo relativo, ya que reaccionamos ante situaciones en las que otras personas ni se inmutan. El problema no es que tengamos estrés, sino que no sabemos desactivarlo. Sin él, seríamos marionetas dormidas y sin capacidad de reacción ante situaciones donde se nos demanda eficacia. Con él siempre a cuestas, nos convertimos en víctimas del desgaste y con el tiempo sufriremos secuelas fácilmente reconocibles: insomnio, agresividad, irascibilidad, falta de creatividad, desmotivación, bloqueo, problemas estomacales y un largo etcétera.
La capacidad de gestionar el estrés está muy relacionada con el carácter de cada uno:
– Una persona excesivamente competitiva, que no sabe delegar, que considera que todo se puede controlar, que valora únicamente el resultado y no el desarrollo de la tarea, etc., es el candidato perfecto para claudicar finalmente a los caprichos negativos del estrés.
– Una persona que se comunica con asertividad (no con agresividad), que sabe de la importancia de desahogarse con su pareja o amigos, que funciona con pensamientos positivos y optimistas, que fomenta el sentido del humor en su forma de ver la vida y que tiene relaciones sociales amplias, sin duda alguna, posee un gran colchón contra las consecuencias negativas del estrés en el trabajo.
¿Y tú, cómo gestionas el estrés?, ¿Cómo una debilidad o como una fortaleza?