No hemos hablado ni una, ni dos, ni tres veces sobre este tema. Las elucubraciones son muchas y muy variadas, al igual que las dudas que acompañan a la implantación del contrato de agencia, tanto en fabricantes como en concesionarios.
En nuestro último artículo sobre este tema, hace un par de meses, hablábamos sobre la cautela y cómo los fabricantes están posponiendo los planes de conversión al modelo de agencia para los próximos años, principalmente Stellantis, Mercedes-Benz y MINI.
El caso de Stellantis es el más llamativo: tras anunciar en 2021 la cancelación de los contratos con su red comercial, ha ido dilatando los tiempos hasta el punto de que a principios de este año la previsión era comenzar con el contrato de agencia después de verano y los planes ahora se han pospuesto a 2027.
Los concesionarios respiran tranquilos
Para la gran mayoría de los concesionarios, en un momento de postpandemia en el que se suplía la carencia de coches con un aumento de rentabilidad que los llevó a muchos de ellos a cifras récord, la noticia cayó como un jarro de agua fría: “qué necesidad hay de tocar las cosas ahora que estamos ganando más dinero que en los últimos 20 años?”.
Muchos concesionarios, con la perspectiva que aporta el tiempo, han podido valorar los beneficios que el contrato de agencia puede tener para ellos, principalmente relacionados con soportar un stock que pasaría a manos de la marca, y una gestión de facturación y contabilidad que se reduciría al producirse la venta directamente del cliente a la marca.
No obstante, la sensación que se respira en las redes con previsión a convertirse en agencias es de cierto desahogo al poder continuar desarrollando el negocio desde la posición que conocen.
Estos son mis problemas, si no le gustan tengo otros
Esta adaptación de la célebre frase de Groucho Marx define muy bien la situación actual de muchos concesionarios.
Si no fuera suficiente con las dudas respecto a los contratos de agencia, nos encontramos en un contexto con muchos frentes abiertos a los que es necesario adaptarse:
- La concentración de concesionarios en grandes grupos, donde se requiere un gran trabajo de adaptación de procesos, sistemas y estructuras para la continuidad del negocio.
- Nuevos fabricantes que se incorporan al tablero, principalmente chinos, que, aunque para las marcas es una amenaza, para los concesionarios es una oportunidad de replicar el, digamos, “modelo de éxito MG”.
- La electrificación de los vehículos, la agenda 2030, las políticas restrictivas y los planes ambiciosos de todas las marcas por romper toda relación con los diésel y los gasolinas para apostar por el vehículo eléctrico. ¿El problema? Que los clientes no compran esos vehículos.
Y que si tenemos mucho trabajo en taller, que si faltan mecánicos, que si el VO… Y la extraña sensación de que tampoco nos va tan mal.