¿En qué se fijan los clientes a los que no les gustan los coches cuando tienen que comprar uno?
Para la gran mayoría de conductores, el automóvil representa un medio de transporte privado que destaca por su rapidez, su comodidad y una infraestructura que facilita su uso masivo.
Los apasionados del motor son una minoría que, a la hora de adquirir un vehículo, valora elementos como el motor, la cilindrada, la tecnología, la potencia, el diámetro de las llantas o el grosor de los neumáticos, entre otros; aunque, sobre todo, buscan probar el vehículo. Pero, ¿en qué se fija el comprador medio que supone el grueso de las ventas de automóviles mundiales?
Según recientes estudios, la capacidad del maletero y la presencia o no de rueda de repuesto es lo primero en que se fijan los compradores que no sienten una estima especial por el mundo del motor. A continuación, lo más destacado es el puesto de conducción, aunque la gran mayoría no ajusta los reglajes a su medida antes de comprar el vehículo, sino que se limita al aspecto estético y la comodidad.
El interés de los jóvenes, tras el maletero, se focaliza en la pantalla multifunción y las posibilidades que esta presenta.
Luego, aparecen las primeras discrepancias entre los que evalúan las plazas traseras y aquellos que se enfocan en información concreta sobre el vehículo. En este aspecto, hay 5 preguntas ineludibles:
– ¿Diésel o gasolina?
– ¿Hay opción de que sea híbrido?
– ¿Cuánto consume?
– ¿Se puede reproducir la música desde el teléfono?
– ¿Cuántos airbags tiene?
Factores indispensables para los amantes del motor como la potencia del vehículo, los sistemas de seguridad preventiva o el comportamiento dinámico del coche quedan, en la mayoría de los casos, en un segundo plano.